Posted On 11/06/2013 By In Belmonte, 100 años de alternativa With 1738 Views

¡cinco días sin dormir y toreando!

Belmonte,100 años de alternativa

Belmonte entradilla

 

Relatos sobre las anécdotas que se recogen en el libro “Juan Belmonte, matador de toros” del autor Manuel Chaves Nogales.

 

Año 1913 después de su debut de Madrid se abre una nueva etapa en el toreo, se denominará la edad de oro y, junto con Joselito «El Gallo», Belmonte será el artífice principal de la nueva tauromaquia.

Lagartijo dijo: » Te pones aquí, y te quitas tú o te quita el toro»

Belmonte dijo: » Te pones aquí, y no te quitas tú ni te quita el toro, si sabes torear»

Al la idea que se tenía con los terrenos de que había terrenos del toro y terrenos del teorero Belmonte dijo: » El toro no tiene terrenos, porque no es un ente de razón, y no hay registrador de la propiedad que pueda delimitárselos. Todos los terrenos son del torero, el único ser inteligente que entra en el juego, y que, como es natural, se queda con el toro.»

Abril de 1913 segunda vez que pisa Madrid en los revisteros se decía:

Don Modesto en El Liberal: «Ayer, Belmonte, que es con el capote en la mano el mayor fenómeno que ha pisado la arena del redondel, dio al cuarto toro cinco verónicas sin enmendarse, archimonumentales las cinco, pero tres de ellas, por el lado derecho, indescriptibles, inverosímiles».

Belmonte llega a Madrid muy enfermo, casi no se mantiene en pie y lo único que le da fuerzas es el entusiasmo y la energía espiritual que proviene de la carrera de triunfos que está cosechando. Esto le da pie a demostrar su nueva visión del toreo: » El toereo es, ante todo, un ejercicio de orden espiritual. En una actividad predominantemente física jamas ha podido triunfar un hombre fisicamente arruinado, como lo estaba en aquel entonces Belmonte, si en el toreo lo fundamental fuesen las facultades, y no el espíritu, Belmonte nunca habría triunfado».

Se decide que Belmonte debe descansar, para ello se refugia en Sevilla bajo el cuidado médico del Doctor Serrano, después de 20 dias, sin estar aún curado,bajo las presiones de los empresarios y la suya propia, Belmonte vuelve a torear.

España entera arde en deseos de ver torear a Belmonte, en una semana torea en 7 plazas diferentes, cuando debe ir a la última, que era la de Badajoz, el maestro fisicamente no puede por lo que se avisa por telégrafo que no se podrá presentar Belmonte en dicha ciudad, aquella misma noche se presenta la policía y se lleva a Belmonte en presencia del gobernador de Sevilla quién le anuncia que el gobernador de Badajoz le comenta que debe presentarse imprescindiblemente bajo grave perturbación del orden en la ciudad por parte de la gente que estaba esperando la llegada de Belmonte a Badajoz.

El ritmo de toreo es extresante y con las facultades físicas bajo mínimos, Belmonte llega a torear a Linares donde definitivamente cae agotado y coge denuevo dos semanas de descanso aunque en Junio ya estará toreando.

8 Junio 1913 (Valencia): Se le acoge mal al maestro en Valencia, preguntados por Belmonte cual era la razón del malestar de la afición Valenciana se le responde que por parte del público se habla de que Belmonte rehusa torear una novillada grande  y que últimamente le soltaban las fáciles de torear. Belmonte ordena que le echen esa novillada tan fuerte, va a Madrid y vuekve a Valencia nada más acabar, el triunfo fue extraordinario. Regresa a Madrid, extenuado, dolorido de una mano y sin dormir, con el toro en la arena de Madrid, Belmonte le pega cinco verónicas de cartel sin enmendarse e inmovil por su imposibilidad física. En uno de los recortes el toro lo revuelca y le llevan a la enfermería donde aprovechando la ocasión se echa un cabezadita.

-¿qué tiene? preguntaba curiosamente el mozo de espadas.

-Lo que este hombre tiene- sentenció el médico – es sueño, se ha dormido.

Le pusieron un pantalón de un monosabio y le hacen salir a torear.

-«¡cinco verónicas sin enmendarse!» decian llevándose las manos a la cabeza.

-«¡cinco dias sin dormir y toreando!» decía Belmonte.

Cap.1.- Primera heroicidad

Cap.2.- Cazador de leones

Cap.3.- Ha nacido un torero

Cap.4.- Una verdad revelada

Cap.5.- El segundo de La Tablada

Cap.6.- El que para, manda

Cap.7.- Un “Tancredo”, veintitrés reales

Cap.8.- Juan “Er der Monte”

Cap.9.- Los panecillos de Elvas

Cap.10.- Rios de sopa y montañas de pescado

Cap.11.- El Cambiazo

Cap.12.- Aún hay justicia en la tierra

Cap.13.- Llegó el amor y Sevilla

Cap.14.- ¡Mátame,asesino,mátame!

Cap.15.- A Valencia con amor

Cap.16.- Estaba decidido, aquella tarde moriría

Cap.17.- El melonero de Triana

Cap.18.- ¡Viva Belmonte!

Cap.19.- El peor percance de mi vida taurina

Cap.20.- Madrid estaba conquistado

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