Posted On 30/07/2018 By In Reportajes With 2181 Views

Azpeitia 2018. 29 Julio

Ana Romero y algo Justo

 

29 de julio de 2018. Plaza de toros de Azpeitia, media entrada.

 

Siete toros, un sobrero, de Ana Romero parejos de presentación a excepción del terciadito sexto, bravos y de muy buen juego en la muleta.

 

Emilio de Justo. Estocada y palmas de consolación

Estocada algo desprendida y dos orejas.

Juan del Álamo. Estocada tendida y oreja

Metisaca infame y casi entera. Saludos.

Luis David Adame. Tres pinchazos, otro hondo y caído. Descabello y silencio.

Estocada, aviso y cuatro intentos de descabello. Silencio.

 

Antes de empezar la corrida, la Comisión Taurina agradeció en tres idiomas, ¡cultura!, la presencia de tantos aficionados franceses. También se entregó al mayoral de Ana Romero el premio al mejor toro de la feria de 2017, Cartuchero.

Se desmonteró Ángel Gómez tras dos pares de riesgo en el primero ante el que tardó en acoplarse Emilio de Justo. Cuando ya lo había logrado, en la segunda tanda se lesiona el toro la mano izquierda invalidándose para la lidia.

El cuarto fue aplaudido nada más salir al ruedo y se acordaron los gitanos de los buenos principios o aquello de “arrancada de caballo, parada de burro”. Sus patas obligaron a asomar el pañuelo verde tras el primer par de banderillas.

Con el sobrero le tocó saludar a Morenito de Arles tras su intervención en el segundo tercio. Tempo, sitio exacto y colocación precisa caracterizaron la faena del cacereño poseedor de un gusto y elegancia naturales. Trató en todo momento de luchar con las dificultades que ofrecía un toro gazapón al final de cada pase. Algunos remates de tanda fueron auténticos carteles taurinos. De la estocada salió prendido por el pecho y el público obligó a la presidenta a conceder las dos orejas como premio a una bonita actuación. Ovación en el arrastre para Cunero que con 490 kg. era el de menor peso.

En el segundo el desmonterado fue Domingo Siro y David Sánchez aprovechó que el carro pasaba por delante de su casa para subirse. Los dos saludaron dentro del burladero ante la cara del toro.

Dos orejas traía el toro para entregárselas a quien supiera ganárselas y el premio estaba escondido en el pitón derecho. No supo, no pudo Juan del Álamo basando su faena en tandas cortas, algo apuradas, y largos intermedios. Ovacionado también se fue este Clavero con una oreja intacta.

Muy pronto le parece julio al salmantino para ponerse al turrón y no lo hizo. No entendió nada de nada al nacido en octubre de 2012. Por la derecha perdía pasos de forma innecesaria y su postura reclamaba la lumbalgia como enfermedad profesional. O la escoliosis, que uno ya no sabe. Por la izquierda, delineante de líneas rectas sin fin. Tanda de molinetes, sí, tanda y un desplante antes de mandar la espada más abajo del Mississippi. Está la baja, el bajonazo y tres pueblos más allá, esta. Mandó callar al público, a la banda y yo ni mu, por si acaso. De hecho sigo sin hablar, escribo. No tenía la… la moral para ruidos Juan.

Los comienzos de Adame al tercero fueron un catálogo, un escaparate, una feria de muestras. Mucho de nada. Después, toreo despegado al hilo del pitón y más allá, querido Buzz. Aburrimiento y algunos pitos durante la lidia.

El sexto fue picado casi en el centro del campo, como si de un futbolero puyazo de honor se tratase. El pegapasismo moderno lleno de tiralíneas se hizo presente. Pases y más pases otra vez fuera de cacho. Esperen, otro pase. Y otro… Es lo que se lleva. La firma fue con bernadinas cambiando el pitón y el borrón con la espada y la cruceta. División de opiniones en su despedida.

Aplaudido se fue Juan del Álamo pero los triunfadores fueron, sin duda alguna, un Emilio de Justo en racha y el gran encierro de Ana Romero, desperdiciado.

 

Texto: Finito de Teis

Fotografía: Charo Lorenzo

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