Posted On 09/08/2015 By In PEREGRINA 2015, Reportajes With 3813 Views

Feria de la Peregrina. Sábado 8 Agosto 2015

 «¿El Premio? Al madrileño»

Pontevedra, 8 de agosto de 2015. 1ª de feria. Tres cuartos de entrada.

Toros de Alcurrucén nobles y fijos en la muleta. Justitos de presentación 3º y 4º, éste último flojo

Enrique Ponce. Media desprendida, intento y descabello. Silencio.

Pinchazo y estocada. Silencio.

Morante de la Puebla. Dos pinchazos, estocada. Intenta apuntillar, aviso y dobla el toro. Palmas.

Estocada recibiendo y oreja

El Juli. Estocada pelín trasera, aviso y dos orejas

Ésta un poco más julianera. Dos orejas.

El premio y las aproximaciones. Todo, oiga. Se lo llevó todo.

Debo reconocer para empezar que no sé qué decir de las faenas de ayer de Ponce. Lo hace todo tan bien que casi aburre: los tiempos, las distancias… Supo hacerle el trabajo preciso a un toro sin ganas pero esta ausencia contagió al público y por supuesto no permitió el lucimiento del valenciano.

Sin fuerza ninguna fue el cuarto y la experiencia de 25 años de doctorado también fue la clave en una faena de tópicos: tres y fuera, a media altura cuidando al animalito… ya saben ustedes. Las bodas de plata es lo que tienen, que ya conoces al otro.

Aquerenciado y parado salió el segundo recibido con un saludo capotero pero fue cambiando durante la lidia y dice el otro ejemplo gastado que rompió en banderillas. Se lució Morante hasta la sonrisa propia y se gustó hasta rebozarse en un derechazo que casi los funde. Anécdota lo de intentar apuntillar él mismo sin usar el descabello.

No voy a decir lo de la monodosis de puya en todos los toros, no quiero. Pero sí señalaré la excepción del quinto que recibió un refuerzo de la vacuna cuando ya se había cambiado el tercio. Dos trabajos fundamentales del sevillano en este toro: convencerlo y enseñarle. Y así fueron echando la tarde uno que quería y otro que ya que había venido para esto… Cuando el bombo atronó el pasodoble ya estaba de nuevo la sonrisa dibujada en la cara de Morante de la Puebla. Maestría y elegancia a raudales, para dar y regalar tiene el artista. La fuerte petición no consiguió asomar un segundo pañuelo en el palco como sí salió en los dos toros de El Juli.

Mal picado y peor banderilleado fue el tercero. Y el más joven de la terna aplicó el toreo moderno, el de este siglo, se lleva. Se acopla, es innegable y llega al público sí, pero ya saben, los pies juntos cuando no la patita patrás, pases alargados hasta los límites anatómico-corporales, etc.

Con un quite por lopecinas ya se dio cuenta El Juli que la afluencia estaba con él y no defraudó. Mucho mejor esta lidia que comenzó muy por abajo con la derecha. El astado era un bendito que bebía el suelo, calidad le sobraba. “Hasta es buena gente”. Más trasera aún esta estocada que en el suyo anterior auspiciada por ese salto julianista.

Tuvo toda la suerte del mundo Julián en Pontevedra: los toros en el sorteo, la espada, la presidencia…

 

Texto y fotos: Finito de Teis

pancarta

 

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