Zona Facebook. Victorio Lr.
Fue uno de mis toreros en blanco y negro. Así tengo muchos. Mi afición por los toros desde que empecé a dar mis primeros pasos, me llevó a que muchos de mis recuerdos no estén en color, ni siquiera en technicolor. La sangre que tantas veces derramó Diego Puerta la veía en blanco y negro. Las fotos de los periódicos, las imágenes de televisión del que bautizaron popularmente como “Diego Valor” siempre fueron en blanco y negro. No le llegué a ver en persona en plaza alguna. A otros de su época sí, pero a él no.
Nunca fui seguidor de él ni de su toreo, pero su honradez y su valor siempre me impresionaron y por eso para mi fue un torero al que respetaba profundamente.
Hoy algunos dirían que no estaría de moda, y Diego Puerta sería un torero “gore”, como algún aficionado -creo que con escasa sensibilidad- ha calificado a algún maestro que ha resultado cogido en numerosas ocasiones. A Puerta le cogía muchas veces el toro y tuvo más de cincuenta cogidas con heridas por asta de toro.
A muchas de las figuras de ahora les sonará muy raro eso de las “más de cincuenta cornadas” ¿Para qué, se preguntan algunos toreros, taurinos e incluso aficionados…?
De ahí el toreo moderno o postmoderno, el destoreo, la “feroz” técnica aplicada como modelo casi único que deja el toreo en algo lejano e irreal, algo descafeinado y que difícilmente llega a la afición, y sobre todo difícilmente hará nuevos aficionados de verdad.
A Diego Puerta, le recuerdo en aquel ramillete de figuras: Paco Camino, El Viti, -con los que formaba un cartel muy repetido-, Ostos y también en aquella época Ordoñez… Bienvenida, etcétera. Tuvo gran predicamento en la Maestranza y cosechó éxitos en toda España. Torero de los pies a la cabeza, me transmitía una gran afición y una sensación de honradez y autenticidad difícilmente igualable.
Su nombre ya está escrito con pinceladas de gloria en las páginas de la historia de la Tauromaquia.
