Antes cuando el toro salía, los buenos peones, para molestarle lo menos posible al toro, lo pasaban a una mano o toreaban a una mano, en el presente como lo frena el maestro esta forma de torear se pierde.
Fuente: Domingo Delgado de la Cámara «Del paseillo al arrastre»
Se dice con frecuencia que ya no se lidia a una mano. Y es verdad. En muy raras ocasiones vemos a los subalternos bregar con el capote cogido de una mano, llevando a los toros toreados por bajo, haciéndolos humillar, sin molestarlos y dándoles la sensación que pueden, que son poderosos, para que no se rajen y se confíen.
Fuente: Agustín Hervás
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