Coruña 2013
Corrida de toros de la ganadería Salmantina de Hnos. García Jimenez para los diestros Manuel Díaz “El Cordobés”, David Fándila” El Fandi” y El Capea.
Ante algo más de 5000 personas (media entrada), se celebró la última de Feria, con toros de Hermanos García Jiménez (primero, segundo, tercero y quinto) y Olga Jiménez Fernández (cuarto y sexto), que resultaron en general buenos de presentación pero escasos de fuerzas para el encuentro con los diestros.
Manuel Díaz “El Cordobés” compareció en la Plaza, dispuesto a demostrar la evolución en su toreo, dejando constancia de un estilo más purista al de antaño. En su primero, dejó varios lances de capote que entusiasmaron al público, pero sin embargo, en la faena de muleta apenas se vio algún que otro pase adornado, matando de una estocada trasera y algo tendida, lo que le valió pasear una oreja. En su segundo, cuajó un faena irregular, con pases de calidad y una entrega encomiable, pese a la nula embestida del astado, matando de una estocada fulminante, que le permitió conseguir otra oreja, y abrir la Puerta Grande.
David Fandila “El Fandi” quiso demostrar que es el torero coruñés por excelencia. Contagia alegría y entrega del público, quien valora muchísimo su arte con las banderillas, donde deja impronta de su estilo personal y espectacular. En su primero, destacó por su toreo de rodillas, con varios molinetes incluidos, lo que unido al espectáculo de los dos primeros tercios y una estocada eficaz, le valió pasear las dos orejas. En su segundo, intentó repetir la hazaña, destacando la colocación de banderillas con un par en cada mano, brindando a las víctimas de Angrois y mostrando varios pases y adornos de calidad -toreo de rodillas incluido-, matando de una estocada certera, lo que le valió repetir trofeo: dos orejas, Puerta Grande y triunfador de la Feria.
Pedro Gutiérrez “El Capea” quiso no ser menos que sus compañeros y demostrar en su presentación las grandes cualidades de las que goza su estilo personal, al más puro de la Escuela Salmantina. Sin embargo, fue el de peor lote: sin fuerza, sin casta y sin apenas trapío. En su primero, tuvo un momento emotivo cuando brindó al público y a las víctimas del accidente de tren –con especial mención a su paisana fallecida-, destacando algunos pases de calidad, matando de un pinchazo y estocada certera, lo que le valió una oreja. En su segundo, lo volvió a intentar, encontrándose en la misma situación que en el toro anterior, consiguiendo algún natural destacado y matando de media estocada, lo que le sirvió para pasear la oreja y completar la Puerta Grande.
Y así concluyó nuestra 24ª Feria de nuevo ciclo, con la esperanza de desterrar ciertos hábitos en la afición que son una rémora para el progreso del arte taurino en la ciudad.
Alberto López
