Posted On 16/11/2012 By In Reportajes With 3757 Views

«Judas no hubiera podido ser torero»

José Gómez Ortega «Gallito»

Hace unos días leí en el blog de “Dominguillos” que el maestro “El Juli” de las 85 corridas que toreó este año taurino 2012, 83 fueron de origen  Domecq. Origen apreciado por los matadores en general, y muy acorde al lucimiento personal con un mínimo de riesgo.

 Por otro lado nos encontramos los aficionados que pedimos la variedad de ganaderías a la hora de torear y un poco más de emoción  para el disfrute  y así la maestría quede patente en la arena a la hora de lidiar con este otro tipo de ganaderías (todo aquel que pueda o sepa).

También debemos tener en cuenta las nuevas promesas que este año se han consagrado y las que vienen pegando fuerte, estos sin embargo torean todo lo que les echen y así no es de extrañar  que al final de temporada lleguen los reconocimientos y premios que tan merecidamente se han trabajado durante la temporada, véase el caso del maestro “Fandiño”, por cierto, ¿veremos a “Fandiño” haciendo lo mismo que sus compañeros ya consagrados, toreando procedencias Domecq en su mayoría cuando su carrera se encuentre un poco más consolidada?, el tiempo nos dirá.

La pregunta y el tema es: ante esto, ¿Qué podemos hacer los aficionados?, mientras ganaderos, matadores y sus apoderados se “arreglan” el asunto, bajo la “mirada para otro lado” del empresario, los que en realidad concedemos o sacamos  los trofeos deberíamos tener más conciencia de cuál es nuestro poder y no solo dedicarnos al “paga, mira y calla” , así como los trofeos son los que mandan pongamos estos mucho más complicados y no solo miremos lo que hay que mirar sino también que tipo de ganaderías se torean, obliguemos que se esfuercen los maestros en su trabajo y demuestren verdaderamente de quién es quién en la tauromaquia.

Ya lo dijo Gregorio Corrochano en su libro ¿qué es torear?, “no debemos rompernos la cabeza en encontrar el toro de antaño, basta con cumplir con el reglamento, toros limpios, con edad, peso y trapío. El que no tenga toros, que no lidie corridas de toros, al que le dé miedo de los toros que no sea torero. Tenemos la obligación de conservar y proteger a ese maravilloso animal, único en su especie, que es el toro de lidia. Sin toros, ¿para qué queremos toreros?, si perdemos el toro, perderemos el torero, que también es maravilloso en su modo. Y con ellos perderemos las corridas de toros, que son una gran fiesta de luz, de emoción, de valor y generosidad. El quite, más que un lance de capa, es una exaltación de generosidad del torero. Llamar al peligroso toro, para salvar al compañero, es un acto noble, sublime y abnegado. Esto solo justifica y enaltece una profesión, y da un gran valor humano al espectáculo. Judas no hubiera podido ser torero.”

Y como cierre a esta entrada, debemos echar un vistazo a lo que en la edad de oro se hacía, la cual debe ser nuestro referente, tanto a aficionados como a toreros, para que se nos pongan las mejillas coloradas que de vez en cuando no viene nada mal. Aquí os dejo unos pasajes de nuestro gran José Ortega “Gallito”, el pequeño de esa gran dinastía de los “Gallos”, escritos por Corrochano y extraídos de la obra maestra “¿Qué es torear? Introducción a las tauromaquias de Joselito y de Domingo Ortega”.

José Gómez Ortega "Gallito"

“Joselito” no da un paso en la plaza que no tenga una finalidad; no mueve un peón de brega que no tenga el sentido que el peón de un tablero de ajedrez; al azar apenas queda sitio en el ruedo. Su conocimiento de las reses es tan completo, que no deja resquicio a la improvisación. Todo su toreo tiene por base el toro.

Dedica las horas que no se obliga en la plaza a andar en el campo. Cuando no torea, piensa en el toro y habla de toros. No sabe hablar de otra cosa, ni sabe ser otra cosa que torero. Así cuando llega a una población a torear, su primera visita es a los corrales en la plaza de toros…

(Me pregunto: ¿Cómo podría hacer este hombre después de horas y horas de viaje, sin aviones, ni aves? por lo que yo veo en la plaza de Pontevedra, este año 2012, no he visto ni un maestro en los corrales. Joselito toreó en 1913(80 corridas); 1914(75); 1915(102); 1916(105); 1917(103); 1918(80); 1919(91); 1919-1920 (en Lima) 10 corridas; 1920 (muerte) toreó 20.)

…a ver las corridas que están encerradas. Saluda por su nombre a los Mayorales; a todos conoce, con todos a convivido en los cortijos.

Siendo niño, se reveló en un tentadero de MIURA. Se lo oímos referir al ganadero. Estaba Joselito en un burladero, viendo la tienta que hacía su hermano Rafael, impaciente por intervenir. Vista una becerra en el caballo, le dijo Don Eduardo a Rafael: “Déjale a tu hermanillo que la toree de muleta”. Salió del burladero Joselito, que entonces no era más que el hermanillo chico de Rafael, y sin vacilar se fue con la mano izquierda, la becerra le achuchaba mucho, se defendía y apenas se dejaba torear. Rafael le dijo: “José, ¿no ves que achucha por el izquierdo? Toréala con la derecha.” “¿Con la derecha?-exclamó extrañado José-. Anda toréala tú.” “y dio la muleta a su hermano. Salió Rafael el Gallo con la muleta en la mano derecha, y, al dar el primer pase, se le coló y le derribó. José riéndose, le hizo el quite. “¿Por qué habías visto que no se podía torear con la mano derecha?”, le preguntaron. “pues porque desde que salió hizo cosas de ser toreadas. No pueden haberla toreado nada más que en el herradero, y como los muchachos que torean al herrar las becerritas torean con la derecha, comprendí que al achuchar por el lado izquierdo, por el derecho no se podía ni tocar. Y ya lo han visto ustedes.” Entonces se cayó en la cuenta que, efectivamente, la habían toreado los muchachos en el herradero. Don Eduardo Miura, siempre que relataba el suceso, admirado de la intuición de este torero, añadía:” Parece que le ha pario una vaca”.

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