Posted On 21/09/2011 By In Reportajes With 2996 Views

No hay quinto malo

“NO HAY QUINTO MALO”

Rafael Guerra Bejarano "Guerrita"

Rafael Guerra Bejarano «Guerrita»

En tiempos de Guerrita y más concretamente cuando este ya estaba retirado, los sorteos no existian, así,  los que realizaban la preparación de la corrida y ordenaban la salida de los astados eran los ganaderos,  que se basaban para realizar esta actividad, en que la corrida  debía de ser  armoniosa y así se abría plaza con el toro de mayor trapío para impresionar al respetable y generalmente se ponía en quinto lugar al más bravo por si la corrida llegada a esta altura hubiese decaido, de aquí el tan famoso dicho: “no hay quinto malo” .

En Pontevedra en tiempos de José Tomás y de Morante, cada mañana de corrida se realiza el reglamentario sorteo, donde se ordena la salida de los astados de esa tarde y así su consecuente enchiqueramiento, reglamentariamente el sorteo debe ser “público” y lo pongo entrecomillado por que de público tiene poco, eso si, se abren las puertas de la plaza para que la gente acceda a la grada y desde los ventanucos que dan a los corrales podamos ver a los bureles y nada más, más tarde cuando ya supuestamente ya se ha realizado el “sorteo”, el resultado de este, brilla por su ausencia, debiendo los que estamos Interesados en él, aprovecharnos de la tecnología de nuestras cámaras de fotos y robarle a algún apoderado el resultado que lleva apuntado en su correspondiente hojita de papel, en resumidas cuentas, algo vergonzoso, en los tempos que corren.

En tiempos de Guerrita y más concretamente cuando este ya estaba retirado, su retiro era físico de las plazas y su poder de dicisión estaba intacto en el mundo de los toros en España, el maestro parecía que buscara la comodidad en la incómoda profesión de torero, y se rumoreaba que algunos ganaderos, los que querían  quedar bien con el poder, contaban muy mucho con el pensar del maestro  Guerrita a la hora de establecer el  orden de salida de los astados, así un día el maestro aconsejó al mayoral que aquel toro enorme de peso y defensas lo retirara ya que desigualaba la corrida y el mayoral le espetó: “dejelo usted, de todos modos no viene para usted”, el maestro que no le gustó nada el tono del mayoral no insisitió en la retirada del astado sino que exigió matarlo él.

En Pontevedra en tiempos de Enrique Ponce y Talavante el poder se le supone al azar, ese caprichoso juez que por las mañanas visita nuestro coso taurino, o quizás no lo visite como nosotros creemos, ¿es fácil maniatar a un juez en una sala apartada y sin las miradas inquisitorias de aquellas personas que de esto saben poco y que solo se deben  limitar a pagar su abono y poco más?, pues parece que los secuestradores del azar en Pontevedra lleván mucho tiempo haciéndolo y nadie se ha enterado.

Y todo esto son suposiciones, claro está, pero cuando el sorteo brilla por su ausencia, el resultado también, y aún por encima los maestros esa mañana también, uno piensa que el maestro Joselito “El Gallo” era un MAESTRO, con todas las letras y en mayúsculas, y cuando en cada sorteo se presentaba para ver al enemigo de esa tarde y observarlo y mirarle a los ojos y saber lo que aquella tarde iba a suceder, y lo mejor de todo sucedía tal y como vaticinaba esa mañana, puedo pensar que los sorteos preparados por los ganaderos llevaban a este arte del toreo a ser un espectáculo de lo más grande, ya que el torero se entregaba en cuerpo y alma, el ganadero debía quedar bien y también lo hacía y el empresario a la empresa.

¿Qué pasa ahora con los toreros?, ya saben lo que les van a echar esa tarde o es que el apoderado sabe de sobra cual es el toro de su representado y lo busca de entre lo que se le ofrece y se llega a un acuerdo con los demás apoderados, cuando debería ser el azar el que diese acada cual lo que se merece.Así el ganadero lleva lo que le gustaría a l torero de esa tarde y tan contentos todos, o habrá dificultades para nadie, el torero sabe lo que va a torear, el ganadero sabe que es lo que tiene que preparar y el empresari tiene todo vendido, aquí paz y luego gloria, eso si, se acabó lo de “no hay quinto malo”.

Pues bien, si de lo que se trata es de ser constructivos y no hacer críticas destructivas, hay tienen mi consejo, para quién lo quiera uasr:

Solo debemos poner en uso la clausula que tenía en sus contratos la ganadería del Conde de Veragua en la que se leía: “Los seis toros, se lidiarán juntos en corrida entera por el orden que S.E. designe por si o por persona delegada al efecto, quedando obligado el comprador a exigir a los lidiadores el cumplimiento de esta condición” . En resumen, el ganadero al toro, el torero al arte y el empresario a vender y así no habra ni primero ni quinto malo.

CEBRITA.

 

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