Desmerece el resto
Pontevedra. 14 de agosto de 2011. Cuarta y última de feria. Tres cuartos de entrada
Alcurrucén. 7 toros (devuelto el 4º) desiguales de juego y presentación. Buenos para la lidia los tres primeros; malo, rajado y peligroso el 4º bis, soso y pastueño el quinto.
El Cid: Estocada caída. Oreja
3 pinchazos, aviso, pinchazo, estocada desprendida y atravesada, descabello. Silencio.
Talavante: Pinchazo. Estocada desprendida al encuentro, algo trasera. Oreja
Pinchazo. Estocada tendida. Silencio
Daniel Luque: Estocada. Dos orejas y fuerte petición.
Pinchazo sin soltar. Estocada quizá pelín desprendida. Oreja.
A hombros se llevaron al más joven alternante de la tarde, al triunfador del año pasado en este coso de San Roque, al ¿último? trofeo Manolete. Y por algo será. No fue por sorteo, no, ni por guapo ni por haberse perdido sólo una oreja el año pasado, no. Fue por torear, y bien. Mejor en su primer toro porque también éste colaboró más con la causa y ahí estaba la muleta del sevillano siempre bien puesta y llevándolo entre los oles de un respetable que luego solicitaría un casi despiece público del animal. Peor con la izquierda, para quien esto les escribe abusó del pico y a veces hasta un límite más allá de lo normal. En el sexto casi eximió de trabajo a sus montados, “ni pa un análisis”, lo quería crudo, pronto y en la mano. Así que rápido a la faena, quite por chicuelinas e inicio del último tercio a pies juntos clavado en la arena. Pero pinchado o sin pinchar este Alcurrucén no dio facilidades al lucimiento pero aún así supo ganarse otra premio más el de Gerena.
Empezó bien la tarde con el primer toro, el mejor, y mal su faena ya que fue picado rectificando y en la misma puerta de toriles. Espectáculo el de varas ayer. Dos agujeros bien marcados y muy separados, ninguno en su sitio se llevó pero ayudó a El Cid a construir una muy buena faena, dada su condición noble y fijo siempre en una muleta, llevada con arte y gusto. Por el lado izquierdo, incómodo por culpa de un leve calamocheo que no presentaba por la diestra donde se basó el trasteo que arrancó con todo merecimiento una oreja. Mala suerte tuvo el sevillano en el siguiente ya que fue devuelto ¡algo tarde! y en su lugar salió un Gaitero sin ganas de fiesta que ya es difícil. Con 545 kilos era el más pesado del encierro y así se comportó. Huidizo, buscando en todo momento las tablas y con peligro al reponer cuando por fin se decidía a embestir. De todos modos y maneras lo intentó el director de lidia pero esfuerzo baldío fue aquello.
Tiene Alejandro Talavante un no sequé que no sé lo que es pero no acaba de llegar al tendido, de conectar. Aburrido, extraño, huraño, ya les dije que no sé pero… Y es por su propio carácter o forma de ser, no por su toreo que puede llegar a ser sublime. Ayer no lo fue. Saludó a pies juntos al tercero y comenzó de muleta con ayudados por alto. Ya estaban con él los espectadores pero decidió que aquello tenía que ser descargado y perfilado para que durara más cada pase. ¿Cargar la suerte? se preguntarán los nuevos aficionados, claro, no saben que es, nunca lo vieron. Con ese pero de la nueva tauromaquia existente, faena de oreja por amplia mayoría. Malo fue el quinto, que no pudo transmitir (también nuevo vocablo taurino) nada y al que se enfrentó el maestro con otro trasteo donde les juro por la salud del bombo de la banda que en muchas ocasiones vi la pierna de salida retrasada. No es eso precisamente lo de “atornillar las zapatillas a la arena” cuando va a citar sobre todo por naturales y ya no mueve los pies.
“Lástima que se acabó…” Terminó la feria 2.011 con una corrida peor que la del anterior domingo, así lo entendió la gente que acudió y que todavía tendrá a Manzanares en el recuerdo.
Les juro por la virgen Peregrina que no tenía título para esta crónica, les aseguro que no sé qué es (yo no lo dije), les prometo que no sé qué significa (lo desconozco porque lo ignoro) pero alguien en el 4 lo dijo. Tendrá razón, por algo será.
